Este proyecto era especialmente interesante al tratarse de una reforma en un edificio histórico que data del año 1900. El edificio conservaba un buen número de sus elementos originales y significativos, que se podían recuperar y poner en valor. Fue uno de esos regalos que te ofrece el ejercicio del interiorismo: transformar espacios obsoletos en contemporáneos, manteniendo su belleza personalidad y carácter.
A pesar de que algunos de estos elementos ornamentales, como molduras o vidrieras eran valiosos y significativos, y que había otros más funcionales como pavimentos hidráulicos y carpinterías que merecían ser conservados, su distribución original era intrincada y sinuosa, con numerosas habitaciones de difícil uso y poca habitabilidad.
El estudio ABATON modificó la distribución de modo importante, y se adaptó a las necesidades contemporáneas, planteando espacios amplios y cómodos y reduciendo al máximo los espacios de comunicación o pasillos. Esto daba lugar a salones modernos y una cocina moderna y funcional y bastante protagonista.
Mantener estos elementos nos alejaba de las casas minimalistas, y suponía un compromiso en el proyecto de interiorismo. Compromiso que se materializa, por ejemplo, con pequeños gestos como las lámparas de la cocina vintage, que enlazan los muebles modernos con las vidrieras de las ventanas.
El concepto global para el proyecto de interiorismo, era armonizar todos estos elementos con una estética limpia y contemporánea, para lo que se decidió incorporar unas piezas de mobiliario que reforzaran este diálogo, y que convivieran en armonía con otras piezas diseñadas a medida.
Algunas piezas destacadas son la mesa de centro antigua de telar indonesio de la colección BATAVIA, el aparador de roble y aluminio anodizado de PUNT MOBLES, y el banco Table Bench con cojín tapizado con Kvadrat, diseño de Finn Juhl de 1953 de HOUSE OF FINN JUHL.
ÁBATON
BATAVIA
Queima Films