Esta vivienda adosada forma parte de una hermosa colonia situada en la madrileña urbanización de La Moraleja. La promoción data de los años 70, y aunque se trataba de una arquitectura de calidad, sus propietarios querían renovarla completamente, aportando calidez, único aspecto que echaban en falta. La casa tenía suelos de mármol y cocina y baños separados y alicatados por completo, como era común en la época. Los propietarios querían una casa más homogénea en general, una propuesta que diera coherencia a los distintos ámbitos, y también en relación con su modo de vida.
En la reforma, los suelos se cambiaron por madera de roble que, en determinados lugares, incluso sube por las paredes forrando paramentos y generando cabeceros, se decidió dar a todos los baños los mismos acabados para regularizar, y la planta baja quedó unificada sin particiones, en un continuo espacial que recorre la zona de estar, la de comer y la cocina conectados visualmente de principio a fin y a su vez con el exterior.
La propietaria, hija de un célebre pintor, amante del arte y la literatura, buscaba un entorno cálido y familiar, pero para ella además era importante tener sitio para su biblioteca y sus obras de arte. Atraídos también por el diseño, les propusimos varias piezas notables, entre las que destacamos la icónica butaca Pelican de Finn Juhl de la marca HOUSE OF FINN JUHL, un diseño de 1940, o la más reciente Slow chair diseño de los hermanos Ronan & Erwan Bouroullec de 2006, de los productores VITRA.
ÁBATON
BATAVIA
Silvio Posada
