Las mesas de centro danesas son siempre de madera y se caracterizan por sus líneas depuradas, sus superficies lisas y muchas de ellas por su tamaño marcadamente alargado. Existen ejemplos que incorporan otros materiales como ratán, cerámica, o incluso cristal o metal, pero si se agruparan en las estéticas y producción más extendidas, serían básicamente dos: mesas de madera de palisandro, y mesas de madera de teca, o teca con elementos de ratán.
Las mesas de centro danesas son en todos los casos mesas estéticamente ligeras, funcionales, mesas cómodas y prácticas, quizá el mueble danés más abundante de todos los que se produjeron y del que perduran muchas unidades. Sus tamaños son moderados y su peso ligero. Lo habitual es encontrar más mesas sin extensiones, pero aunque no son las que más abundan, tampoco son infrecuentes las mesas de centro danesas extensibles en longitud con alas encastradas dentro del sobre que se deslizan hacia fuera, y que suelen ser de color negro, y las mesas de centro sube y baja, es decir, convertibles y regulables en altura. Respecto a la altura, es reseñable el hecho de que de modo general, se trata de mesas bastante altas, entre 40 y 55 centímetros.
Las mesas de centro danesas son posiblemente uno de los formatos del mueble danés más adaptable a nuestros días, a pesar de que la tendencia en decoración prescribe mesas de centro de entre 30 y 40 cm como mucho en altura.
También existen mesas de centro danesas de formato circular.
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