El punto de partida fué un establo abandonado y el objetivo era transformarlo en una casa de campo mediante una rehabilitación integral que fuera coherente con el entorno. Se emplearon materiales de construcción propios de la zona como la piedra, el cemento y la madera.
Se trata de una casa autosuficiente desde el punto de vista energético que obtiene la energía de paneles fotovoltáicos y de unas turbinas instaladas en el cauce de dos arroyos que pasan por la finca.
Su espacio interior se organiza a partir de un gran espacio central que lo constituyen el salón y la cocina, un espacio diáfano de gran altura, abierto de norte a sur, alrededor del cual se distribuyen las distintas habitaciones de la casa.
La distribución está pensada de tal manera que ningún espacio interior se prive de las increíbles vistas a un hermoso valle lleno de encimas, intentando en la medida de lo posible abrir la casa al exterior para que casi de manera literal la naturaleza entre en ella.
La gran cantidad de espacio disponible, propició que el proyecto de interiorismo fuese todo un reto para BATAVIA y le permitió explayarse en su más pura concepción de la decoración. Planteando desde un principio la mezcla en la que se desenvuelve con tanta soltura, una selección de las mejores marcas de mueble de diseño nacionales e internacionales iconos del diseño del siglo XX, piezas vintage procedentes fundamentalmente del norte de Europa y Francia, piezas únicas antiguas procedentes de Asia y piezas de la colección propia de BATAVIA.
En el salón a partir del cual se distribuyen las distintas áreas de la casa, destacamos la pareja de butacas danesas diseñadas por Hans Wegner, la mesa baja de centro china en madera de olmo, el sofá Air de Sancal y como elemento decorativo, un antiguo engranaje importado de Asia perteneciente a la colección de piezas únicas antiguas.
En la prolongación del salón encontramos este espacio con vistas al valle, decorado con un aparador de olmo original de China, Sofá vintage de piel roja procedente de Dinamarca, Taburete Ojo del diablo de Pols Potten y mesas nido de teca de la colección propia, que en este caso ejercen de original estantería.
En la cocina encontramos la mesa Keramic de MDF combinada con un icono del diseño danés de los años 50, la silla CH24 diseñada por Wegner para la firma Carl Hansen & Son.
A continuación, otro de los rincones con encanto de la casa, presidido por un conjunto de butaca y mesa auxiliar danesas, en el que relajarse leyendo junto a una fuente interior que aporta frescura y serenidad a la casa.
En las habitaciones se optaron por colores neutros y piezas únicas antiguas.
Datos del proyecto
Localización: Cáceres, Extremadura, España
Arquitecto: ÁBATON Arquitectos
Construcción: 2010
Superficie habitable: 332 m2
Premio Architizer A+ Award 2013 (Architecture+Sustainability)
Fotografías: © Ábaton y Belén Imaz, Adriana Merlo.